Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

FLICKR

www.flickr.com
Elementos de J.Urrea Ir a la galería de J.Urrea

lunes, 24 de junio de 2013

A BARAJAR EL CANAL UNO


El futuro del Canal Uno de televisión se está jugando; el 30 de junio la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV) deberá determinar si los espacios que actualmente se encuentran concesionados desde hace 9 años y 6 meses, podrán ser prorrogados, o si por el contrario, se deberá abrir licitación pública para asignar la explotación de estos.

Con la asignación de las frecuencias de los canales privados en 1998, las dos grandes programadoras de la televisión pública nacional, armaron ‘rancho (privado)  aparte’ y de esta manera se comenzó a dividir la torta publicitaria que terminó a favor de los nuevos canales y debilitando los esfuerzos individuales de los programadores del Canal Uno, lo que en definitiva afectó negativamente la calidad de los productos ofrecidos en el canal mixto(frecuencia del estado + operación de los privados)y la abdicación de muchos de los operadores que ofrecían productos de buena calidad.

Hoy, solo quedan unos cuantos de los antiguos programadores: unos tantos desaparecieron, otros se adaptaron a la industria como productores; el hecho es que la programación (¿comercial?) del canal público nacional en la actualidad es una colcha de retazos que pasa por guías espirituales o pastores, productos de belleza, conciertos de regular calidad, magacines anquilosados y, lo de rescatar, una buena oferta informativa y noticiosa.

La opción de ‘barajar’ de nuevo, pone en riesgo a quienes lo están haciendo bien (muy pocos para cubrir la parrilla de programación)y abre la oportunidad para que nuevos productores dimensionen la posibilidad de programar el Canal Uno de televisión, hoy desperdiciado o por lo menos subutilizado; esta opción proporciona la alternativa de un relevo, necesario para que los “mercaderes audiovisuales” de la televisión pública nacional dejen de hacer millones por cuenta de alcaldes incautos que se deslumbran por conciertos televisados pero, sobre todo, para que aquellos mismos no interpongan sus egoístas criterios e intereses, los que se han convertido en una verdadera talanquera para que el Canal Uno organice como debiera su programación. Es pues indispensable contar con la participación de todos los concesionarios de espacios y así poder competir con franjas y estrategias de programación.

Considero pertinente que se abra licitación, aunque ya se dejan ver quienes afirman que los plazos son apretados y que no se alcanzará a cumplir con el proceso en los términos de tiempo estipulados por la ley.

La opción de un canal de calidad está a la vista y en las manos de la ANTV; habrá que esperar si el lobby así lo permite y los productores(programadores) nacionales se animan.

Al Natural

-->
Sesión de retrato de embarazo para mi amigo Ernesto y su esposa Carolina.

Se hizo “Al Natural” por solicitud de ella en una preciosa locación en la via Armenia –Pereira.

Cámara: Nikon D300
Óptica: Nikon Micro 60mm
Speedligth Nikon SB900
Softbox
Flex






 

martes, 4 de junio de 2013

FICCIÓN DE UNA FICCIÓN

La ficción ha estado, históricamente, abandonada en la televisión pública regional colombiana, no así en la nacional que, si bien entró en desgracia con el nacimiento de los canales privados en el 98, hasta ese momento fue el vehículo para la transmisión de importantes piezas dramáticas que ayudaron a construir la fama de buenos productores de historias de ficción que tiene Colombia.

En días recientes, ha manifestado en medios nacionales Hollman Morris, gerente general de Canal Capital -el regional de Bogotá- que “La televisión pública recupera el dramatizado con factura de cine y con actores de primer orden de nivel nacional”, haciendo referencia a ‘Crónicas de un Sueño, Colombia Años 80: La Historia que no le han Contado’, una serie que pretende mostrar el punto de vista de “las víctimas y liderazgos sociales que se opusieron al paramilitarismo, al narcotráfico, desde la ilegalidad”     -como si no hubiera víctimas de la guerrilla en este país-; una serie con título desafortunado, por falta de contundencia y concreción,pero sobre todo, por exceso de ínfulas, al pretender presentarla como ‘la verdad revelada’ (¿con fines políticos?); no menos pretencioso resulta el argumento de venderla como un producto cinematográfico, demostrando desdén por la  estética televisiva y desconocimiento, al reducir la factura (calidad) a una fotografía audiovisual contrastada y a actores de la farándula. Por lo menos, eso es lo que se aprecia en los lacónicos teaser (expectativas) disponibles de la serie.

Ficción es querer ser redentores de la ficción; pues se le adelantaron a Morris en el relanzamiento de los dramatizados en la ‘tele’ regional: lo hizo Canal Trece (Teveandina) en 2011, que con más atino y menos presupuesto, produjo y emitió ‘La Mirada de Sara’, una historia escrita y dirigida por Mauricio Navas  Talero -figura experimentada de la dramaturgia nacional- que decidió poner en escena una historia ajustada a la estética del medio para el que producía y que cumplió con el objetivo de reflejar a “la mujer como la autora real de sus días”, mostrando situaciones sociales (sin pretensiones políticas), haciendo la producción con los recursos del Canal, permitiendo así ampliar el “Know How” del equipo y con un elenco de primera categoría (Susana Torres, Jairo Camargo, Marcela Benjumea)que otorgó nivel actoral al producto.

Con los mismos alcances, Teleantioquia está en proceso de preproducción de una serie de ficción, ‘Aprendí a quererme’, en la que se tratarán temas de salud pública (sin fines políticos); reconocen que falta experiencia pero que tienen talento; producen ellos mismos y apuntan a un modelo distinto al de los carteles de farándula: hicieron convocatoria abierta, a la que se presentaron 1810 aspirantes regionales para la selección del elenco, que será dirigido por Kepa Amuchastegui; la historia es escrita por Gloria Nancy Monsalve (“Los Últimos Malos Días de Guillermino”), talento del Eje Cafetero.

La televisión pública está llamada a difundir la cultura, la identidad y los valores; la propuesta de Morris es reactiva por no decir reaccionaria a los contenidos ofrecidos por la televisión privada, solo que, una cosa es producir con recursos propios y otra con dinero del estado; una cosa es contar historias como entretenimiento y otra poner un canal público al servicio de una ideología política y vanidades propias.

Ahí está la magia de la ficción: hacernos creer las mentiras que cuenta.