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martes, 1 de diciembre de 2015

Comunicación Política


Al reducir el ritmo y terminar el vértigo de las campañas, queda espacio para la flexión y el análisis; mucha tinta ha corrido sobre lo oportuno que fue, que Armenia y el Quindío se manifestaran en contra de las malas prácticas políticas. Yo ahí me limitaré a decir -no porque no tenga ideas, sino para no redundar- que me sumo a la felicidad de saber que habrá un modelo diferente de gobierno al del rencor, la imposición y el populismo, y decir que me siento representado por el Padre Gobernador, Carlos Eduardo, y el Profesor, Alcalde Carlos Mario, quienes antes que gobernantes son Padre y Profesor, ambos filósofos, ambos humanistas.

Mas bien, me centraré en esta columna en los modelos comunicativos de la pasada campaña.

Uno de los componentes fundamentales para el posicionamiento de un candidato a un cargo de elección popular es el comunicacional; este inicia con  el trabajo con las comunidades que permite llegar personalmente a los grupos afines a las ideas del candidato y es un ejercicio selectivo, pues generalmente asistirán a las reuniones o concentraciones quienes se identifiquen con la filosofía del candidato o quienes tengan intereses alrededor de la elección.

Algo diferente pasa con la comunicación masiva y la digital; estas llevan un mensaje a simpatizantes, apáticos y opositores; con estas, es más fácil para quienes no se quieren dejar ver por los lados de una campaña -so pena de ser tildados de traidores- conocer en la intimidad del hogar las propuestas y postulados de todos los candidatos; en términos de comunicación digital, se podría hablar de “stalkers” que no es otra cosa que los observadores silenciosos en las redes sociales de las campañas opositoras.

Existe variedad de ventanas de comunicación: La análoga, con las concentraciones y mercadeo alternativo, los medios masivos tradicionales, y la digital, donde entran múltiples alternativas que usan a las redes sociales como canal de transmisión, con posibilidad de convergencia de medios convencionales como: prensa, radio y tv.

El desconocimiento de la audiencia y su segmentación, hicieron que se cometieran errores como los apreciados en las campañas para alcaldía y gobernación que terminaron, donde el ‘estratega’ de los derrotados en las urnas, concentró su mensaje en el populismo, para lo cual produjeron piezas amarillistas, sumadas a mensajes mentirosos como el de la valorización, que además fueron respaldados por un ejército de perfiles falsos, quienes a su vez reforzaron la idea de que la trampa prevalecía, y el insulto era el mejor argumento.

Sobre la base de que, a través de los medios masivos y la comunicación digital el impacto es muy alto, ese tipo de mensajes negativos rebotaron sobre los atacantes y se sumaron a favor de quienes, como en el caso de Armenia y el Quindío, se concentraron en proponer ideas de cambio y mantener los valores positivos de sus campañas hasta el final –feliz- con el que se cierra esta historia.  

En tuiter me encuentran como @jorgeurrea.

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