-Hola, dijo la parca un atardecer.
-Yo, sin mirarla, le respondí con una diatriba etérea sobre la soledad.
-¿Me provocas? Masculló.
-Entonces, perdí mis colores y un poco más.
-Yo, sin mirarla, le respondí con una diatriba etérea sobre la soledad.
-¿Me provocas? Masculló.
-Entonces, perdí mis colores y un poco más.
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