Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

FLICKR

www.flickr.com
Elementos de J.Urrea Ir a la galería de J.Urrea

lunes, 24 de febrero de 2014

Medios que se acallan, redes que gritan.


En el reino de los nativos digitales, de los jóvenes que crecieron con los dispositivos electrónicos y la interactividad de las redes, no es nuevo que los murmullos de las esquinas se conviertan en estruendosos reclamos, gestados a través de los medios virtuales y materializados en conglomeraciones monumentales.

Antecedentes como la caída de Mubarak en 2011, cuando los jóvenes, a través de internet, hicieron coincidir su inconformidad y, posteriormente, la presentaron al mundo, permitiendo conocer el poder de la revolución egipcia, son un ejemplo de la capacidad de los medios digitales para develar lo que los dictadores, arbitrariamente y menoscabando la libertad de información, han pretendido esconder, cerrando medios, reprimiendo periodistas y poniendo talanqueras al ejercicio informativo.

El reciente caso de Venezuela, donde se ha torpedeado la función de los medios de comunicación convencionales, tales como los periódicos de la oposición, a los que el papel les escasea, mientras los oficialistas acceden sin impuestos ni prórrogas a la materia prima; donde además se censuran canales: los nacionales con una tal ley de “responsabilidad”, y los internacionales como NTN24 –al cual,  los operadores de cable venezolanos debieron sacar del aire, so pena de represalias gubernamentales-, pone de manifiesto la necesidad de ampliar y apoyar la política pública de reducción de la brecha digital, garantizando el acceso libre y democrático a las tecnologías de la información y la comunicación, pues gracias a ellas y nuevamente a los jóvenes indignados, Venezuela, hoy, es tendencia mundial en las redes sociales y se encuentra en la mira de los medios de comunicación convencionales y digitales, permitiendo la circulación de la información al interior del país y la  difusión de imágenes y testimonios con múltiples puntos de vista para el mundo.

Cuando los medios están en las manos de cualquiera que pueda acceder a un dispositivo móvil con acceso a internet, -aunque los enemigos de la verdad intenten también bloquear los soportes digitales, como es el caso de tuiter, que ha manifestado en comunicado reciente, bloqueos parciales en Venezuela-, es mucho más difícil aplicar censura, puesto que la información, en ese caso, es ubicua y la tecnología para difundirla es alcanzable.

La virtud del periodismo ciudadano es  la omnipresencia y la polifonía, pero debe,  como cualquier forma de periodismo, ser fiel a la verdad; por eso, no se puede permitir que caiga en la manipulación, para que las manifestaciones digitales no pierdan legitimidad.

sábado, 15 de febrero de 2014

“MI PELÍCULA” DE FACEBOOK


“Mi película” de Facebook, un ‘regalo’ en conmemoración de los 10 años de existencia de la red social, me recordó que entré en el 2007, cuando solo tenía ‘face’ tres años de edad, aunque el recuento en fotos y momentos no logró conmoverme, claro está, no por culpa de la empresa de Zuckerberg, sino por mi modesta participación, sí me refrescó lo que significó en su momento satisfacer la curiosidad de saber qué había pasado con muchos de mis compañeros de colegio y universidad; disfruté, con algo de nostalgia, saludar a conocidos y acceder a imágenes que ni yo mismo sabía que existían y que de alguna manera constituían parte de mi historia profesional.  

Facebook es lo que cada cual quiere que sea; en mi caso, y en los inicios, tan solo un espacio virtual de memoria colectiva; hoy, un mero amplificador de mis opiniones en tuiter; sin embargo, ha sido juzgado de depósito de superficialidad y chismes, pero la red social, mas allá de esas apreciaciones, fruto del uso que probablemente le dan muchos de quienes las emiten, ha demostrado el poder de convocar y de mover opinión; no en vano, las grandes empresas de comunicación, que prefieren girar sobre su propio eje, han sucumbido al encanto gratuito de publicar sus actualizaciones en busca de seguidores, amigos o ‘likes’, que representan, en últimas, un contacto directo y efectivo con sus receptores, además de la posibilidad de obtener retroalimentación; lo propio ha pasado con industrias y negocios de todos los sectores; así, lo que antes era considerado un desperdicio de tiempo, migró a procesos de interacción e interactividad, mediados por la inter-face(book),que han desencadenado decenas de estudios sobre nuevos modelos de comunicación y que soportan millonarios negocios que lejos están del chisme.

Esta semana, cuando se celebran los 10 años de la puesta al aire de la red social, se han hecho análisis de todo tipo sobre el futuro de la misma: que los jóvenes están desertando, que cada vez son más los adultos que la usan, que desaparecerá por sustracción de materia; lo cierto es que su creador Mark Zuckerberg, dijo en carta abierta “Hoy tenemos solo algunas maneras de compartir nuestras experiencias. En la próxima década, la tecnología nos permitirá crear muchas más maneras de capturar y comunicar nuevos tipos de experiencias”.

Sean 5,10 o muchos años más, Facebook ya se ganó su lugar en la historia de la comunicación digital.

El “diablo” que nos ronda


Por estos días, según la ‘Pastora’ María Luisa Piraquive, el diablo ronda los medios de comunicación y se apodera de algunas personas, quienes de un plumazo, “en unos cuantos reglones” dictados por el propio diablo, pretenden destruir todo lo que ella -el equivalente al Papa en la iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional- ha conseguido en cuarenta años de doctrina religiosa.

Apela a la inteligencia y la lógica de sus seguidores, para que deduzcan que, “si Dios la ha bendecido”, entonces no hay nada malo en su actuar o en el de su grupo de colaboradores; los convoca a que, con esa misma inteligencia, no presten atención a las publicaciones en internet, que pretenden desvelar las propiedades y actuaciones de la líder espiritual.

Me parece increíble que, amedrentados por el demonio y amparados en la fe -que por antonomasia es ciega-, haya quienes se convenzan de no ver más allá de las paredes de la “congregación” y que la líder Piraquive pretenda influir en sus seguidores para que hagan caso omiso a las denuncias expuestas en los medios, porque, como ella misma manifiesta, todo el que publique algo que no le favorezca a la congregación, es el mismo diablo que arde de envidia. 

Deben los medios seguir haciendo eco de las denuncias con respeto y equidad, con mesura pero sin temor, para -por lo menos- generar la sana duda en fieles y laicos, de si es correcto dejarse manipular con ideas atávicas y exegéticas, mientras los ‘líderes’ disfrutan de la opulencia que deberán  justificar ante las autoridades competentes.

Zapping:

Para el mes de febrero se espera la nueva programación del Canal Uno de Televisión, que será operado por los concesionarios privados -los que decidieron acogerse a la ‘prórroga’- y Radio Televisión de Colombia (RTVC). Prometen ellos trabajar en bloque, si es que Jorge Barón los deja, para comportarse como un verdadero canal con franjas y coherencia de contenidos; será una buena oportunidad para quienes buscan más información, ya que contarán con más espacios informativos y talentos reconocidos; otro punto a favor es que han decidido eliminar los espacios de televentas. Esperemos que el oxígeno que llega al Canal Uno, le permita a éste, ser una mejor e interesante  alternativa para los televidentes y que puedan superar los retos jurídicos que se anuncian por cuenta de la prórroga y porcentajes de participación de los concesionarios.