Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

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viernes, 27 de diciembre de 2013

Cuando los sentidos sienten


En esta época en donde todo, en teoría, debería girar en torno a la familia, la unión y la comunicación, esta última entendida como una puesta en común de ideas, pensamientos, conceptos, emociones, etc, cualquier cosa, aparato tecnológico o no, que se interponga entre los mencionados actores, debería estar prohibida, cuando menos controlada, por supuesto no por la ley, sino por la misma comunidad.

En cualquiera de los modelos comunicativos -convencionales o los actuales digitales- el proceso no es eficiente si interviene un distractor o lo que es peor un distorsionador que modifique, interrumpa o elimine la puesta en común del mensaje, y al hablar de puesta en común se debe dejar claro que implica una relación directa, preferiblemente sincrónica y coherente sobre un tema en particular; eso no es posible, solo por tomar un ejemplo -pero no es el único- cuando los miembros de la comunidad centran su atención en dispositivos móviles, excepto que todos estén conectados en lo mismo, lo que no tiene sentido cuando hablamos de unidad en términos del plano real.

Soy un Geek, es decir un apasionado por la tecnología, pero por estos días de manera casi inconsciente, he ido dejando a un lado a los aparatos, para compartir más con las personas del mundo físico, sin querer decir que haya abandonado los del mundo virtual. Una sana consciencia de lo que se hace, de con quién se está y de lo que se debe hacer y decir es suficiente para encontrar el equilibrio y poder aprovechar la proximidad, permitiendo a los sentidos -Sentir-, haciéndolo en el abrazo, el beso y la palabra con entonación y suspiro.

Vale la pena hacer una pausa en el vertiginoso mundo virtual y, por un par de días, centrarse en lo análogo, dedicar tiempo, de calidad, a los seres queridos y aprovechar que las condiciones están dadas para la armonía y la paz.

Con la tranquilidad de la paz interior y familiar, será más fácil conseguir los propósitos para el año que llega, aunque  siempre es bueno tener presente que, planear sin ejecutar y prometer sin cumplir, produce frustración y genera inconformidad; a pesar de ser un lugar común, está claro que el éxito para el nuevo año depende de cada uno y que la manera de conseguirlo es aplicando la máxima de José Martí “Hacer es la mejor forma de decir”

Publicado originalmente en:
http://cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opinion-seccion-opinion-titulo-cuando_los_sentidos_sienten-op-8930.htm

viernes, 20 de diciembre de 2013

Publicidad (mermelada) política pagada.


Se ha iniciado la publicidad política autorizada para las elecciones de marzo; las calles se empapelarán, los cielos brillarán con vallas fulgurantes, los periódicos ampliarán su paginación para dar campo a largas columnas de avisos y las emisoras radiales colapsarán con cuñas que terminarán velozmente informando que son “Publicidad política pagada”; será difícil encontrar ideas, propuestas, verdades en el mar de promesas redactadas de todas las formas posibles, e identificar la auténtica sonrisa de los candidatos en sus imágenes.

Sin embargo, en esa mojiganga comercial, en la que se reparte la mermelada de la pauta, la normatividad legal de nuestro país dejó por fuera a la televisión. Resulta por lo menos curioso ver cómo en las Leyes 130 y 1475, que reglamentan lo concerniente a los partidos políticos y procesos electorales, y mediante un concepto -el 10920-2012 del Consejo Nacional Electoral- se autoriza la propaganda exterior, radio y prensa; además, se  establecen espacios gratuitos de participación de candidatos en los canales de televisión radiodifundidos, públicos y privados, pero se prohíbe rotundamente, la propaganda política pagada en la televisión, excepto para las campañas presidenciales.

Es decir, la televisión no solo, no puede comercializar pauta, sino que debe destinar espacios gratuitos para que los candidatos expongan sus propuestas, cosa que no se les demanda a otros medios de comunicación.

Es injusto para los canales de televisión, comercialmente hablando, que por ser eficientes en el impacto mediático, deban privarse de percibir los ingresos que, por concepto de pauta, dejan las campañas políticas; situación similar se presenta con la publicidad del licor, la que tiene restricciones superiores para el medio audiovisual.

No es que, como televidente, me guste encontrar plagados de publicidad política a los canales de tv, o que me parezca bien que se incite al consumo de licor; se trata es, de que se midan con el mismo rasero las posibilidades comerciales y de que, en una época de abundancia, la propaganda electoral se permita en todos los medios en igualdad de condiciones.

Lo que sí puede hacer la ‘tele’, según la circular de la Autoridad Nacional de Televisión y el Consejo Nacional Electoral, es “solo presentar candidatos en los noticieros y en los espacios de opinión durante la campaña electoral, garantizando el pluralismo”; habrá que ver, qué entienden por pluralismo los ‘mercaderes audiovisuales’ de la región, pues por algo se han ‘peleado’, de todas las formas posibles, los espacios noticiosos regionales.

lunes, 2 de diciembre de 2013

¡Larga vida a la Televisión!

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El término televisión, etimológicamente, hace referencia a la posibilidad de ver a distancia; por lo tanto  -y a propósito de que el 21 de noviembre fue el día internacional de la televisión-, a pesar de las múltiples nuevas pantallas o la tan mentada convergencia, ¡la Televisión no morirá!; se perpetúa en cada uno de los soportes sobre los que se exhibe la imagen en movimiento (celulares,tabletas,computadores,etc.),llevándola igualmente, a través de ellos, a la distancia, mientras que cuenta historias que se adaptan al formato en que se consume el contenido.

La ‘tele’, es pues, un concepto que sobrepasa las definiciones técnicas y que, desde su apropiación comercial -hace más de 80 años se ha convertido, por su capacidad de penetración y preponderancia, en el método más eficiente para llegar a las masas; no en vano, la Organización para las Naciones Unidas (ONU), la considera como “una de las protagonistas clave, por su influencia cada vez mayor en el proceso de adopción de decisiones, al haber sido los ojos del mundo en muchos conflictos y otras amenazas para la paz y la seguridad”.

La televisión convencional, consumida en dispositivos de recepción estándar, (televisores), continúa en crecimiento; pronósticos presentados por Mediacom y citados en un estudio de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) en 2012, establecen que, a pesar de las transformaciones, la televisión no perderá su lugar de influencia y seguirá representando gran parte del entretenimiento del hogar; es ahí donde radica uno de los puntos clave para un país como Colombia, donde la penetración del cable es superior al 80 por ciento de la población, incluso en estratos bajos, y la televisión gratuita radiodifundida llega aproximadamente al 92 por ciento del territorio nacional, consolidándose como la principal fuente de esparcimiento, por facilidad de acceso y costos, en particular para la población menos favorecida.

Considerando que la tele, no solo no muere, sino que está en desarrollo a través de diferentes pantallas, es  decisivo que se amplíe la oferta de contenidos, por ejemplo asignando el Tercer Canal, y se regule conforme a las necesidades de cada una de las pantallas; no olvidemos que las leyes que rigen la televisión en Colombia, en los aspectos técnico y conceptual, datan de casi veinte años atrás, lejos de los desarrollos tecnológicos y las posibilidades de contenidos actuales.

Urge repesensar la televisión en Colombia y entender que las nuevas plataformas son extensiones que ofrecen otra forma de ver a distancia. ¡Larga vida a la televisión!.