Desde
el 2008, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC),viene trabajando en
la definición de los mercados relevantes para el sector audiovisual y, ha
avanzado mucho más, desde que asumió algunas de las funciones de la extinta Comisión
Nacional de Televisión; como parte del estudio que viene adelantando el ente regulador,
se han expedido varios documentos en los que se pretende definir los servicios
de televisión en un entorno convergente, lo que finalmente terminará -esperamos
que con buen criterio y escuchando a las actores del sector- con la regulación
de los servicios audiovisuales en diferentes plataformas.
Los informes
están disponibles en la página web de la entidad desde enero de este año y, en
los plazos establecidos, han sido objeto de análisis y comentarios de la
industria, aunque todos han manifestado la necesidad de más tiempo para hacer
sus aportes; se puede apreciar cómo: los canales privados nacionales, UNE, ETB
y Direct Tv, enviaron sus inquietudes, que hacen referencia, en términos
generales, a la participación en el mercado de las denominadas OTT (Over the
top): plataformas que prestan servicios de televisión, como por ejemplo
Netflix, pero que no son objeto de control ni de regulación de la autoridades; aparecen
allí también cuestionamientos sobre la participación en la torta publicitaria
de los canales codificados, que equivale, según un estudio de Cifras & Conceptos,
a un 10% del mercado, es decir, aproximadamente al 38,2% de lo que factura la
televisión abierta en Colombia, valores que se negocian en el exterior y que no
aportan a la televisión pública.
Dentro
de las inquietudes formuladas, aparecen algunas que lo llevan a uno a
cuestionarse sobre: ¿por qué no se pronunciaron en su momento la televisión pública
nacional ni regional?, pues son los operadores del servicio de televisión por
suscripción, los que reclaman modelos de financiación de la tv pública, en los
que los usuarios del servicio pagarían un tributo directamente para financiarla;
también se encuentran interrogantes sobre el uso de señales abiertas en canales
cerrados, por un asunto de derechos patrimoniales, y la solicitud de considerar
como eventos de interés general algunos acontecimientos culturales y
deportivos, a los que se podría acceder por parte de los canales abiertos y
cerrados, mediando la Autoridad Nacional de Televisón, -reglamentación que ya
existe pero que es inviable, pues va en detrimento del negocio de la tv-; todos
las anteriores apreciaciones, en últimas, son el reflejo de que cada uno de los
operadores, “va por lo suyo”.
Aún
hay tiempo de que se pongan los ojos en los estudios que adelanta la CRC; el
próximo 31 de marzo habrá un foro para socializar los avances y escuchar a la
industria, -esto indica que se aproxima la recta final-, y debe entonces el
sector estar al tanto de aquello en lo que, la nueva regulación que se avecina,
seguramente le afectará, para bien o para mal, dentro del modelo de negocio.
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