Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

FLICKR

www.flickr.com
Elementos de J.Urrea Ir a la galería de J.Urrea

lunes, 2 de junio de 2014

¿PERIODISMO A LA MEDIDA?


El ejercicio del periodismo, como acción comunicativa, implica la relación entre individuos que, necesariamente, deben interactuar, bien sea bajo la mediación de interfaces: computador, teléfono, papel, etc, o personalmente; esa relación entre periodista y fuente, en términos ideales, debe darse sobre la base del respeto y, en algunas ocasiones, de la confianza, pero nunca, y esto es imperativo, nunca, sobre la base de la subordinación o la remuneración.

Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino, hizo célebre esta afirmación, que define perfectamente el deber ser del oficio: “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar”; no es posible aplicar esta premisa cuando hay de por medio, entre periodista y fuente, intereses comerciales, laborales, económicos, emocionales, etc; no es posible  “servir a dos señores” audiencia y fuente, sin faltarle a alguno de los dos.

Resulta inquietante pensar que los responsables de los medios de comunicación, periodistas y quienes creen serlo, se puedan reunir por fuera de los escenarios naturales de la relación periodista-fuente; esto da espacio a la cavilación, deslegitima  la información y atenta contra la audiencia que confía en su reportero. ¿Cómo creer lo que publica alguien que ha recibido ‘favores’ de su fuente? Peor aún: ¿Qué tipo de funcionario es el que busca y necesita acallar -sea cual sea el método- a la prensa? a pesar de no ser lo debido, esto se ha convertido en lo común: en periodismo a la medida.

Por otro lado, pero en el mismo sentido, en estos días, en tuiter, se hacen célebres las rencillas entre reconocidos periodistas que defienden sus posiciones ideológicas y políticas –lo cual no está mal-; lo que no les queda bien, es usar los propios medios y las redes sociales, para enlodar –muchas veces sin justificación o verificación- a sus colegas; la calidad profesional se hace evidente en la medida en que se demuestra: entereza en lo publicado, verdad en lo enunciado y calidad humana en su comportamiento público; es tan trillada como necesaria y verdadera la frase de Kapuscinski “Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar su comentario.