Amplio
debate han generado los contratos de Natalia Springer con el estado: que si si
es ético… que cómo va a opinar en un medio y recibir dinero público, etc; en mi
opinión hizo bien al renunciar al noticiero de la FM y de esa manera poder
concretar sus compromisos contractuales sin ningún remordimiento, pero sobre
todo, sin la presión de sus colegas; al fin y al cabo, seguramente, estas
actividades, le producen más dinero del que puede recibir por concepto de
participar en la mesa de trabajo de la emisora, aunque ‘La chapa’ siempre ayuda
a que lleguen más entradas y a mantenerse en vigencia.
Extrapolando
la situación a la región, considero más preocupante encontrar ‘periodistas’ que
ejercen como informadores y como jefes de prensa, presentadores que dan su
imagen a un noticiero –Radial o de televisión- y después aparecen como maestros
de ceremonias o, lo que es peor, como reporteros institucionales en eventos
políticos de alcaldes, gobernadores, instituciones o candidatos, una cosa es expresarse
desde los espacios establecidos para tal fin, como las columnas de opinión o
los editoriales –sin importar en que medio lo hagan- y otra, ser la cara
visible de la información de un medio, reportar y posteriormente tomar parte de
las actividades de un político; el ciudadano del común no hace –y no tiene
porque- diferenciación entre un tema y otro, así fácilmente puede ser
influenciado al ver o escuchar a sus referentes informativos –es decir sus periodistas
favoritos- comprometidos con una ideología en particular.
Por
estos días en que los periodistas celebran doblemente su día, vale la pena
reflexionar si su vocación es tan arraigada como la celebración del 9 de
febrero o tan impuesta y postiza como la del 4 de agosto. Estos ‘profesionales’
de la información que andan montando noticieros con agenda política y se
dedican a aupar campañas, no merecen ser favorecidos con la audiencia en ningún
tiempo.
Zapping:
Sobre el otro debate nacional que hace
referencia al acceso de los niños a internet y los peligros que corren, debo
decir que el problema no radica en la plataforma sino en los padres que no
detectan las señales del comportamiento de sus hijos, pretender limitar el uso
de una herramienta que abre el mundo y proporciona conocimiento es una manera
negligente de asumir las responsabilidades que se tienen con los hijos, dialogo
y ejemplo es lo que debe haber en el hogar para que se aprovechen los elementos
disponibles sin riegos para los menores.
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