EL
pasado 26 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Propiedad Intelectual(PI),instaurado
por la Naciones Unidas en el año 2000 con el objetivo de “fomentar
el debate sobre el papel que desempeña la PI a la hora de alentar la innovación
y la creatividad”, un objetivo
que se logró con tibieza en nuestro país, pues los medios apenas lo reseñaron
tímidamente, en muchas ocasiones centrados en el registro de patentes y sin dar
una mirada a la contra parte, la del libre acceso a la información.
A
merced de la propiedad intelectual, cursa en el Congreso de la República un
proyecto de ley -el 01 de 2012-, en el que se pretende reglamentar la materia
con excepciones y limitaciones, las que en días pasados se hicieron evidentes
con la intención, revelada por algunos medios de comunicación, de coartar la
libertad de expresión con un artículo que pone freno a la parodia, concepto en
el que caben imitaciones, caricaturas y reinterpretaciones de obras, expresiones
artísticas ellas que son insumos de exitosos programas radiales y televisivos que, además de entretener, informan y, sobre
todo, alertan a la audiencia sobre la realidad política del país.
En
plena era digital,no se debe dar rienda suelta a una exagerada restricción de
derechos, con el prurito de defender la propiedad intelectual, precisamente en un
momento en que los contenidos están al alcance de todos y la democratización,
de lo que antes era inabordable por razones geográficas, físicas, económicas o
culturales, es hoy un triunfo de las TIC, esas que nos abren los ojos y develan
la inteligencia colectiva - de la que habla Lévy -, las grandes obras de arte y
las piezas audiovisuales que en los 80s eran inaccesibles, permitiendo resolver
dudas, aprender procesos y conocer culturas; cada uno de esos contenidos que
están en la red y de los que nos beneficiamos millones, tienen un autor y si se
acorrala jurídicamente a los intermediarios del servicio (como los proveedores
de internet) para que los restrinjan, so pena de incurrir en delitos, seremos
los usuarios finales los damnificados de la iniciativa ya que, como afirma JesúsGarcía, “Los adelantos tecnológicos condenan a ir a la zaga a la legislación autoral”
Muchos
creadores solo quieren que sus obras sean disfrutadas, compartidas y hasta
intervenidas, mas son los negociantes quienes promueven, al ver comprometidos
sus ingresos, este tipo de vetos que van en detrimento de la democracia intelectual
y cultural, convirtiendo a los derechos de autor en los “izquierdos” del
receptor.
Me
declaro promotor de los derechos libres (creativecommons) y de que, como dice Richard Stallman, el 26 de abril sea también
un día para compartir archivos libremente.
Zapping: Cuánta revuelta y despliegue
mediático por cuenta del Festival de la Leyenda Vallenata, por donde desfilan
además de los artistas, políticos, encumbrados escritores y lagartos de toda
clase, sin ánimo de redundar, por supuesto. En lo particular, no me siento
representado con el vallenato, es más: me da coraje que, contando con la
cumbia, el pasillo y los ritmos del Pacífico, no se conceda la misma resonancia
a festivales como el Mono Núñez,Petronio Álvarez, Hermanos Moncada, del Pasillo
y Cuyabrito de Oro entre otros; somos más que acordeones y tenemos valiosísimos
talentos, como Victoria Sur y Martha Gómez -solo por mencionar dos orgullos
Colombianos- que merecen toda la atención.
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