“En el
corazón de esta videocultura siempre hay una pantalla, aunque no necesariamente
una mirada” afirma Baudrillard, yo le agrego que en la producción audiovisual
siempre hay una cámara aunque no necesariamente una narración.
Pantallas, cámaras,
miradas y narraciones, son los denominadores de un mundo recargado de imágenes
que atraen y convocan, que van al ritmo de la era digital y sus nativos, pero
que no siempre están construidas a la medida del relato, sino, que se acomodan
para cumplir con la misión… ‘comunicar’; la cuestión es, ¿qué tan bien lo hacen?
Ahora hay
una cámara en cada esquina, las de vigilancia, las de los medios, las de los
celulares, todos desde su perspectiva cuentan lo que ven y lo hacen como
pueden, ahí está el problema de la evolución del modelo comunicativo, donde,
como afirma Omar Rincón, ‘devenimos prosumidores’ es decir, que gracias a la
tecnología, hoy el individuo recibe, procesa y emite lo que le interesa, pero,
en la mayoría de los casos, lo hace con el bagaje adquirido como consumidor de
imagen y no como profesional de la misma.
La
Comunicación Audiovisual es la alternativa para aprender a dar sentido a la
imagen, fija y en movimiento, aplicando los modelos comunicativos, clásico: Emisor–Canal-Mensaje-Receptor
y digital:Prosumidor-multimedialidad-interactividad-hipertextualidad;
de tal manera que, si se comprende el paradigma y hay claridad en el soporte
(medio) sobre el que se va a emitir, se podrán crear contenidos que se ajusten
a las características de cada uno de estos, así las historias serán más
efectivas, generarán mayor impacto y alcanzarán un nivel técnico y estético
apropiado.
El campo de
acción del Comunicador Audiovisual es amplio, sustentado en el crecimiento de
la industria cinematográfica en Colombia, según Proimagenes un 22 % frente al
año 2012, pasando por una medida de consumo audiovisual muy alta, lo que
implica la necesidad de producción de contenidos. Recientemente la Autoridad
Nacional de Televisión (ANTV) ha revelado las cifras de suscriptores del
servicio de televisión por cable para el año 2012, afirmando que hay más de 4
millones de suscriptores en nuestro país. La señal de televisión abierta radiodifundida
llega de manera gratuita a través de 3 canales públicos nacionales, 2 privados
nacionales, 8 públicos regionales, sin contar con las decenas de canales comunitarios
y los locales abiertos y cerrados. Por otro lado, cada minuto se suben en
promedio 100 horas de video a YouTube, la mayor plataforma de video bajo
demanda (VOD) del mundo, allí se puede apreciar de todo, en términos de calidad
audiovisual, desde productos aficionados hasta súper producciones de alta
factura.
El papel de
los comunicadores audiovisuales está en comprender como ajustar los relatos a
los medios tradicionales, pero sobre todo, en este momento de convergencia e
hipermedialidad, en cómo hacerlo para lo
que Manovich define como nuevos medios, que
cada día se hacen más fuertes, modificando los hábitos de consumo pasando del
‘Prime Time’ de los medios convencionales lineales al ‘My Time’ de los
convergentes y VOD.
Estos
factores, propios del momento de desarrollo que nos ofrecen las Tecnologías de
la Información y las Comunicaciones (TIC), amplían la necesidad de formar
profesionales especializados en contar desde lo audiovisual, que entiendan los
cambios que se están efectuando en las industrias culturales y que comprendan
los procesos productivos que se ajustan a los medios del momento. La realidad
de los nuevos medios exige conocer sus características y adaptar las
narrativas, representadas entre otras cosas, en la duración de las piezas
audiovisuales y en el uso de elementos propios de la comunicación digital como:
la interactividad e hipertextualidad y en la no linealidad.
Se
necesitan más profesionales de la Comunicación Audiovisual para que las
imágenes que nos envuelven sean más eficientes en su narrativa y más estéticas
en su presentación.
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